Valeria Mazza atraviesa un momento de profunda emoción tras convertirse en tía abuela. La reconocida modelo y empresaria, luego del exclusivo cumpleaños de Balthazar su hijo, compartió en sus redes sociales una serie de imágenes íntimas desde la clínica donde nació Bernardo, el primer hijo de su sobrina, Catalina Antuña.
Es así que hizo una reflexión que tocó sus seguidores: “El círculo de la vida sigue girando”. Conmovida por el, Valeria acompañó a Catalina en los primeros instantes tras el parto. En las fotos, se la puede ver con un look sobrio, de camisa blanca y pantalón negro, acompañando a su sobrina, quien sostiene a su bebé en brazos.
El pequeño Bernardo duerme plácidamente, envuelto en una manta crema y con un gorrito blanco. Junto a la publicación, Valeria escribió: “¡Bienvenido Bernardo! Felicidades a los papás, a los abuelos, a los bisabuelos y gracias Catalina por el nuevo título de tía abuela que llevo desde hoy con mucho orgullo y amor”.
Su mensaje, cargado de amor y orgullo, fue acompañado por otras postales familiares donde aparecen su mamá Mónica, su hermana Carolina —madre de Catalina— y la propia Valeria. Las tres generaciones rodeando al recién nacido dejaron una imagen poderosa: la continuidad de un legado emocional que traspasa los años.
La publicación recibió miles de “me gusta”. Personalidades como Benito Fernández y Verónica Lozano se sumaron a los saludos, felicitando a Valeria y celebrando la llegada del nuevo integrante. “Dios bendiga a ese sobrino nieto”, “Felicitaciones por esa maravilla, ¡viva la familia!”, fueron algunos de los mensajes que se destacaron en el posteo.
Este momento llega en una etapa muy especial para Mazza, que a sus 53 años continúa combinando su carrera en la moda con su vida familiar. Junto a su esposo Alejandro Gravier y sus hijos, mantiene una rutina marcada por el equilibrio entre lo profesional y lo íntimo.
Y aunque está acostumbrada a los flashes y las pasarelas, Valeria nunca deja de mostrar su lado más humano. En esta ocasión, eligió compartir el nacimiento de Bernardo como una forma de celebrar la vida, los vínculos y el paso del tiempo.