Convertido en uno de los grandes orgullos del automovilismo argentino, Franco Colapinto está viviendo su sueño en la Fórmula 1. Pero entre entrenamientos, carreras y conferencias, también hay una rutina íntima que pocos conocen: cómo es la vida del piloto detrás de escena.
Esta vez, el piloto nacido en Pilar decidió mostrar una parte desconocida de su mundo y lo hizo con total sinceridad: su habitación durante un fin de semana de Gran Premio. «Es todo un caos, perdón», inició la charla.
Desde su cuenta oficial de TikTok, Franco grabó un video tipo vlog en el que recorre su cuarto ubicado dentro del paddock del equipo Alpine. Lo que se vio sorprendió a todos: ropa por el piso, mochilas abiertas, zapatillas desparramadas y hasta una mesa improvisada con snacks, celular, cables y un termo de mate que delata sus raíces argentinas.
“Bueno… esto es un quilombo”, siguió entre risas al empezar el recorrido. Con total naturalidad, muestra la cama sin hacer, una valija semiabierta y un espejo con restos de crema de afeitar. “Está desordenada mal, pero bueno, es lo que hay cuando uno va de pista en pista”, remató, generando una ola de comentarios de fanáticos encantados con su frescura.
COLAPINTO: MATE Y UNA VIDA A MIL POR HORA
A sus 21 años, Colapinto se está acostumbrando al vértigo no solo del auto, sino del estilo de vida que implica estar en la máxima categoría del automovilismo. Viajes semanales, hoteles, horarios cambiantes y presión constante. En ese contexto, el video dejó en claro que el piloto se mantiene fiel a su estilo relajado y cero estructurado.
En una parte del clip se lo ve probando una remera del equipo y comentando: “No sé ni qué me voy a poner mañana”. Luego, muestra su heladera con algunas bebidas energéticas y cierra el recorrido con una risa tímida: “Espero que no se decepcionen. No es muy glamorosa que digamos”.
La publicación superó el medio millón de reproducciones en pocas horas y fue compartida en páginas de fanáticos de todo el mundo. Muchos celebraron que, a diferencia de otros pilotos que cuidan su imagen al extremo, Franco se muestra auténtico, descontracturado y cercano.
El termo de mate a un costado de la cama y el desorden generalizado terminaron de construir el retrato perfecto: el de un pibe argentino que, sin perder su esencia, está escribiendo su propia historia en uno de los deportes más exclusivos del planeta.
Entre los comentarios más repetidos se destacaban frases como “es igual que mi habitación en la facultad”, “amo que sea tan real” o “un campeón humilde, así se llega lejos”.