Wanda Nara y Mauro Icardi llevan años de amor, escándalos, separaciones, reconciliaciones y más capítulos que una telenovela turca. Pero esta vez, Paparazzi fue más allá del chimento y consultamos las cartas natales de ambos para ver qué dicen los astros sobre su historia de amor… ¿Hay futuro?
Wanda nació el 10 de diciembre de 1986 bajo el signo de Sagitario, un signo de fuego que vibra con la aventura, la independencia y la expansión. Mauro, por su parte, nació el 19 de febrero de 1993, bajo el signo de Piscis, un signo de agua que conecta con lo emocional, la intuición y los sueños. A simple vista, una combinación compleja: fuego y agua pueden apagarse mutuamente… o generar vapor.
Según la carta natal de Wanda, tiene a Venus (planeta del amor) en Capricornio, lo que indica que cuando ama, lo hace con compromiso, espera seguridad y valora el crecimiento conjunto. Es apasionada, sí, pero también muy práctica. En cambio, la Venus de Mauro cae en Aries, lo que revela que él se enamora rápido, necesita emoción constante y, muchas veces, actúa por impulso. ¿Te suena?
Uno de los grandes desafíos entre ellos es la diferencia energética entre sus signos solares: mientras Wanda busca estabilidad y visión a largo plazo, Mauro, mucho más joven, tiende a moverse por emociones del momento. Sin embargo, su Luna en Leo lo convierte en alguien que necesita ser admirado y reconocido. Y ahí aparece Wanda como la figura que lo contiene, lo potencia y también lo desafía.
ASTROS ENFRENTADOS Y DESTINOS CRUZADOS
En este 2025, ambos están atravesando tránsitos astrológicos intensos. Plutón, el planeta de la transformación, está haciendo aspectos tensos a los planetas personales de Wanda. ¿Qué significa esto? Cambios profundos en su forma de vincularse. Es un año donde va a reevaluar su rol en la pareja, su poder y lo que realmente quiere.
Mauro, por su parte, está recibiendo la influencia de Saturno en su signo solar, lo que indica que no le será fácil evadir responsabilidades. Tiene que madurar, hacerse cargo de sus decisiones y enfrentar las consecuencias de su comportamiento. Este tránsito lo invita a crecer, pero también puede sentirse agobiado o limitado.
La sinastría entre las cartas natales muestra algo que va más allá de la compatibilidad: un lazo kármico. Es decir, se eligieron en esta vida para sanar cuestiones pendientes. Por eso, aunque hayan atravesado tantas tormentas, siempre vuelven a encontrarse. Sus nodos lunares están activados, lo que sugiere que tienen una misión compartida que aún no se completó.
COMPATIBILIDAD KÁRMICA Y UNA PRUEBA FINAL
Este año será clave. Si logran atravesar estos desafíos, la relación puede renacer desde otro lugar, más madura y sólida. Pero si no enfrentan lo que cada uno necesita trabajar individualmente, la separación definitiva podría estar cerca.
Wanda, con su ascendente en Tauro, busca estabilidad, hogar y lealtad. Mauro, con su Marte en Géminis, tiende a la dispersión y a buscar nuevas experiencias. ¿Podrán encontrar el equilibrio?
Los astros no determinan, pero sí dan señales. Y la de ellos dice: el amor está, el karma también… pero la evolución es imprescindible.