Jen Hatmaker, reconocida influenciadora cristiana y cofundadora de una iglesia junto a su esposo, relató cómo se enteró de la aventura de su marido. La pareja había estado casada durante 26 años, pero su matrimonio comenzó a desmoronarse tras un descubrimiento devastador.
Sin dudas, descubrir una infidelidad después de tanto tiempo es doloroso en cualquier circunstancia, pero la manera en que Jen se dio cuenta lo hizo aún más impactante. El 11 de julio de 2020, a las 2:30 de la madrugada, la mujer se despertó cuando su esposo Brandon susurró: “No puedo dejarte”, mientras olía a alcohol. Fue en ese instante cuando sintió que su vida cambiaba para siempre.
Durante las siguientes cuatro horas, Jen revisó la computadora de él en busca de pistas sobre el romance, algo que ella misma reconoce que no es recomendable hacer. Aunque en su libro Awake no detalla todos los hallazgos, confirmó que la relación extramatrimonial llevaba mucho tiempo.
En abril de 2020, la pareja había comenzado terapia con la intención de reparar su relación. “Pensé que estábamos trabajando a fondo para reparar la situación. Habíamos reconectado sexualmente… y entonces, en el amargo final, pensé que lo estábamos intentando, pero en realidad no”, relató Jen.
“Hubo muchas ausencias sin justificar, y el teléfono nunca, nunca, nunca estuvo fuera de su mano ni de su vista. Todas las señales de alerta estaban ahí, pero no quería enfrentarlas”, agregó. Tras descubrir la aventura, Brandon no mostró intención alguna de reconciliarse. “Me dijo claramente que ‘para intentarlo se necesitan ciertos sentimientos’, pero ya no los hay y no volverán”, escribió Hatmaker. Apenas un año después, el pastor se comprometió con otra mujer.
El daño no se limitaba solo a la traición emocional. Jen reveló que su exesposo había colmado a su amante de regalos costosos que provocaron incluso problemas financieros en la familia. La combinación del engaño y las consecuencias económicas que trajo profundizó la herida y se vio en una situación extremadamente difícil de afrontar.
“Hasta cierto punto, casi me desvinculé. Estaba totalmente fuera del alcance de lo que jamás hubiera considerado posible para nuestra vida, nuestro matrimonio, nuestra historia”, recordó Jen en declaraciones al New York Post. Y agregó: “Fue tan impactante y deslumbrante, que casi no pude procesarlo. Ni siquiera pude llorar”.
Jen se casó con Brandon cuando tenía apenas 19 años, mientras él estudiaba para convertirse en pastor. Juntos fundaron Austin New Church y armaron una vida compartida que parecía sólida. No obstante, el tiempo y las decisiones personales de Brandon llevaron a que el matrimonio se resquebrajara.
En los meses posteriores al descubrimiento, Jen enfrentó depresión y ansiedad mientras criaba sola a sus cinco hijos —tres adolescentes, un estudiante universitario a distancia y un recién graduado— durante la pandemia.
La combinación de traición, impacto emocional y problemas económicos, ya que manejaba sus propias finanzas, convirtió la experiencia en un proceso especialmente doloroso para ella, pero también en un relato con lecciones profundas sobre resiliencia y autoafirmación.
“Y eso, creo, es lo que hace que esta historia sea importante”, concluyó la influencer y subrayó que, aunque su divorcio no sea algo extraordinario, el testimonio de cómo afrontó la situación puede ayudar a otros a entender las complejidades del engaño, la pérdida y la reconstrucción personal.