Aldo Lineras, secretario Adjunto del Consejo de Docentes e Investigadores de la UNNE, celebró el rechazo del veto a la ley de financiamiento universitario y la lucha conjunta, un momento que vivieron en plena concentración y manifestación en la plaza Belgrano de Resistencia, frente a la UTN. “Lo estábamos mirando desde el celular y me asustó el voto del Presidente de la Cámara. Me asustó porque entendía que vota solo en caso de empate, pensé que estábamos en el horno pero afortunadamente una mayoría muy importante acompañó esto. Es un espaldarazo y todavía falta la instancia del senado”, acentuó, aunque consideró que podría darse un escenario similar a la emergencia por Discapacidad que continúa sin reglamentarse por el Ejecutivo nacional.
“Pienso que más que una piedra en el zapato, se están juntando demasiados obstáculos, escollos a la propia gestión por no tener capacidad de resolver esto”, consideró.
No descartó que termine por judicializarse. “Es posible, pero desconozco técnicamente como sería ese proceso. LO que entiendo es el panorama político porque hay una retracción de Gobierno por lo mínimo y por lo mucho. Lo del Garrahan es mínimo, es simbólico, s la crueldad simbolizada que en términos presupuestarios al gobierno no le mueve ni el pelo de las cejas. En cambio, el tema del ajuste para nuestro presupuesto, es otra cosa; tiene otra dimensión”, sostuvo.
Recordó que el proyecto de financiamiento fue elaborado por el Consejo Interuniversitario. “Lo han hecho nuestros rectores y rectoras. Es un presupuesto serio que contempla las fuentes de financiamiento que no produce mayor daño a este intento de superávit del Gobierno, pero es un monto importante”, afirmó.
“No es que por pagar el financiamiento universitario o el Garrahan se cae en déficit, se están pagando los intereses de la deuda. Se deberá refinanciar eso y atender esta cuestión presupuestaria”, dijo en relación a lo que considera “una decisión política que debe tomar el Gobierno”.
“Hasta ahora el Gobierno no está haciendo cosas muy inteligentes en términos políticos”, advirtió.
Aseguró que el 70% de los docentes universitarios argentinos tienen sueldos por debajo del nivel de pobreza. “Esto, en algunos casos donde hay mercado disponible, significa la fuga del personal docente e investigador hacia una empresa privada u otros sectores. Y en el nordeste somos la zona más vulnerada del país y los docentes universitarios no es que tengan la opción de decir ‘dejo la UNNE, la UNCAUS o la UTN y me voy a trabajar a una empresa privada’. Lo que surge es hacerse de otros trabajos para el mantenimiento de una familia y esto significa también una disminución en la calidad educativa. No es lo mismo una persona que trabaja 8 horas por día que una que trabaja 12 o 14 horas para poder sostenerse”, aseguró como “efecto inmediato que produce la prolongación de esta situación”.