Grito Federal: extractivismo libre de impuestos + ajuste

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Los gobernadores Martín Llaryora de Córdoba, Maximiliano Pullaro de Santa Fe, Ignacio Torres de Chubut, Carlos Sadir de Jujuy y Claudio Vidal de Santa Cruz anunciaron esta semana un acuerdo electoral para competir en las elecciones de octubre por fuera del espacio de La Libertad Avanza y del peronismo. En un comunicado venenoso para el Gobierno nacional, al mismo tiempo que reivindican el ajuste efectuado por Javier Milei -replicado por cada uno de los gobernadores-, reclaman fondos para las provincias y mayores beneficios para el extractivismo y los empresarios.

A la sombra del litio, el petróleo y la soja, el programa de la liga de los gobernadores responde al reclamo del extractivismo de producir y exportar libre de impuestos. A los empresarios de la zona centro del país, a los productores y exportadores de la soja y los cereales, les habló Milei en medio de la corrida cambiaria y les regaló una rebaja de retenciones en búsqueda de que liquiden los granos y entren dólares. Pullaro y los empresarios rurales festejaron, pero plantearon llevar el programa hasta el final: retenciones cero para el campo.

De poco les valió el rol de felpudo. Después de un año y medio de acompañar las políticas de ajuste y de blindar al Gobierno nacional con sus votos en el Congreso, el lanzamiento del espacio de los gobernadores se da en el marco de la pelea por los fondos de los ATN. Es que la administración de los Milei les cortó el envío de dinero para la obra pública y las cajas de jubilaciones locales, a la vez que en varias de las elecciones adelantadas desembarcó con listas propias enfrentando a las de los gobernadores.

Al igual que el reclamo por los impuestos a los combustibles líquidos, la falta de los fondos para obras plantean un problema productivo importante: la distribución, comercialización y el envío de la producción a los puertos para su exportación se complica por el estado calamitoso de las rutas nacionales, que están sin mantenimiento desde que asumió el experimento “libertario”. Los empresarios quieren, además de la eliminación de impuestos y retenciones, que no se traslade a sus precios los costos de la distribución.

Un grito mirando encuestas

El chubutense Torres dijo sin eufemismos que piensan en un candidato propio para el 2027 y la presencia de Juan Schiaretti fue leída en ese sentido. Sin embargo Sadir, el gobernador jujeño, se apresuró a mostrarse más dialoguista, aclarando que no es un espacio opositor sino “federal”. Por su parte, el santafesino Pullaro busca mantener un equilibrio que le permita negociar en la reforma constitucional que está en curso en la provincia su objetivo de obtener la posibilidad de la reelección.

El lanzamiento del armado responde también a los resultados electorales que obtuvo La Libertad Avanza en las elecciones adelantadas, en las que se expresan sus dificultades para mantener su propia base social conquistada en 2023, mientras crecen el descontento y la apatía de amplios sectores, con altos porcentajes de abstención electoral. Las incapacidad para controlar las variantes económicas, las recurrentes presiones a una corrida cambiaria y las propias internas y contradicciones del armado oficialista son leídas por empresarios y gobernadores como debilidades que pueden acrecentarse post octubre.

Pero también la crisis que atraviesa el peronismo en la oposición, que se suma al desprestigio que sufre por el paso del gobierno del Frente de Todos. El “Grito Federal” parece ser también una herramienta para negociar nuevas condiciones para estos sectores provinciales. Con ciertas similitudes, en las adelantadas elecciones de la Provincia de Buenos Aires también se le animaron a “la grieta” un sector de intendentes de la segunda sección encabezados por los de San Nicolás y Pergamino.

Lo que no se pone en cuestión: el programa del FMI

Habrá que ver qué consecuencias tiene el surgimiento de este espacio para el blindaje de las políticas del Gobierno. Ya en la primera semana de agosto Milei debe anunciar el veto al aumento de las jubilaciones y será una señal cómo se posicionan los diputados y senadores del armado “federal”, aunque el anuncio demagógico del aumento de las jubilaciones en Córdoba hace pocos días parece apuntar a que no acompañarán el veto oficialista. Son “señales” con las que los gobernadores, que leen las debilidades del oficialismo, buscan desmarcarse de dos años de acompañamiento y sobrevivir al hastío de la población.

Lo que vendrá seguramente sean tiempos de negociaciones, de tires y aflojes, entre fuerzas que no logran reunir la suficiente hegemonía para imponer sus planes a las demás. Pero sí pueden abrir nuevos escenarios de derrotas y crisis para el Gobierno, que cuenta con debilidades para controlar la economía y la política. El plan del FMI, con el que buscan cambiar la matriz argentina con una reforma laboral, una jubilatoria y una fiscal, no es puesto en discusión por ninguno de los sectores opositores que responden a los distintos sectores empresariales.

Sin ir más lejos, los gobernadores de este “espacio federal” han sostenido un duro ajuste contra vastos sectores en sus provincias. Trabajadores docentes y estatales dan cuenta de que no hay fisuras entre el programa de Milei y el de estas administraciones provinciales. Lo mismo pueden expresar trabajadores de diversas ramas industriales que sufren los bajos salarios, las suspensiones y los despidos que impulsan las patronales amparadas por los gobernadores. La represión de la protesta social y la criminalización de las barriadas populares también es parte de la agenda compartida.

En la vereda de enfrente, las listas del Frente de Izquierda en todo el país plantean un programa de rechazo a la injerencia del FMI en los destinos de nuestra nación. Lejos de las roscas oficialistas y opositoras, el FIT es un espacio político que sin especulaciones viene estando desde el primer día en las calles rechazando el ajuste de Milei y los gobernadores, apoyando cada lucha de los trabajadores, de la salud, la educación, los jubilados y en rechazo a los ataques a las libertades democráticas como la proscripción a CFK.

Tenemos el desafío con quienes compartimos las luchas en las calles y con quienes damos también la pelea por las ideas de la izquierda de potenciar con todo una campaña para llegar a cada lugar de trabajo, de estudio y cada barrio. El FIT es también el único espacio que no tiene “panqueques”: no le aportó ningún voto al gobierno nacional, algo que no pueden decir ni los gobernadores federales ni el peronismo.

Que crezca la voz de la izquierda es para nosotros una tarea de importancia para preparar las batallas que vendrán más temprano que tarde: poner en pié una fuerza política capaz de articular las fuerzas que permitan derrotar los planes de Milei, los gobernadores y el FMI, que más allá de algunos roces coyunturales, coinciden en el objetivo de descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo.

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