Con elementos que recuerdan a Stomp o los locales del Choque Urbano, pasando por La bomba de tiempo o Fuerzabruta, el rasgo esencial de Mayumana es la capacidad de sorprender con movimientos sincrónicos y coreografiados más el humor a partir del gag.
-
Vacaciones en familia: dos propuestas para encarar el receso escolar
-
Una reversión del clásico «Alicia» con ecos de Freud, María Elena Walsh y Serú Girán
El código Mayumana parte de pensar que los movimientos y percusión de manera individual pueden no tener sentido pero cobran una dimensión completamente distinta y atractiva cuando se practica de manera colectiva.
Mayumana está presentando su nuevo espectáculo en el teatro Broadway los miércoles de julio y agosto para luego encarar una gira por Latinoamérica. El grupo creado hace tres décadas por Boaz Berman mutó a una compañía multinacional que tiene diferentes representantes por continente, a imagen y semejanza del modelo de negocios del Cirque Du Soleil, que se despliega en varias compañías y espectáculos diseminados por el mundo.
Con elementos que recuerdan a Stomp o los locales del Choque Urbano, pasando por La bomba de tiempo o Fuerzabruta, el rasgo esencial de Mayumana es la capacidad de sorprender con una sincronía perfecta en sus movimientos coreografiados y el humor a partir del gag más la simpleza de lo clownesco. Esta vez la dirección es de Walter Zaga.
MAYUMANA 1.jpg
“Currents” fue presentado hace algunos años en Buenos Aires a partir de la premisa de pensar cuadros a partir de de la batalla de corrientes eléctricas entre Thomas Edison y su exayudante Nikola Tesla.
Pero el show que hoy vemos combina los mejores números que el grupo presentó en varias ocasiones en el país, desde los cuatro integrantes alrededor de una mesa con una base de percusión de manos y pies con deslices desopilantes de cada uno, al cuadro en el que se puede escuchar el corazón de cada uno signado por una vibra que deviene en danza tribal y colectiva. Muy divertido el momento donde se juega a algo parecido al ping pong pero sin pelotita aunque se la oye y hasta se la ve, primero con paletas cuadradas y finalmente con sartenes, en una riña entre jugadores que termina a los golpes y recuerda en todo a “Los tres chiflados”.
El código Mayumana parte de pensar que los movimientos y percusión de manera individual pueden no tener sentido pero cobran una dimensión completamente distinta y atractiva cuando se practica de manera colectiva, coordinada desde el movimiento más pequeño a las mayores destrezas acrobáticas, con varias mortales incluidas propias del streetdance. Los performers se valen de tubos de PVC, tachos, bolsas y baldes con agua entre otros elementos de los que sorprende cómo emerge el sonido y el ritmo convertidos en música. La búsqueda de no abrumar con tecnología fue deliberada, con lo que sólo hay juegos de pantallas led recangulares que dotan a la propuesta de color y belleza más la cámara en viva que reproduce la escena y el feedback con el público, presente de principio a fin en toda la propuesta.
Al cierre, la compañía sale a la calle tocando sus tambores y genera una batucada que deviene en danza colectiva coronando un espectáculo que contagia buenas vibras.