Emprendedores denunciaron persecución del municipio capitalino

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Fabián Rodríguez y Lorena Escobar, referentes de agrupaciones de emprendedores y artesanos de Resistencia, denunciaron públicamente que el municipio local, encabezado por Roy Nikisch, impulsa medidas arbitrarias que atentan contra su derecho a trabajar.
Fabián Rodríguez, titular de la Unión de Emprendedores, fue categórico: Nosotros venimos padeciendo el acoso del municipio. Esto ya es una persecución para nosotros», manifestó en declaraciones a Radio Natagalá.
El dirigente explicó que los espacios públicos donde tradicionalmente trabajaban —como Plaza España, Parque de la Democracia y el Domo del Centenario— ahora están siendo regulados de manera unilateral, sin consenso ni diálogo.
Rodríguez advirtió que la nueva organización con QR y numeración genera serias dificultades:»Nos encontramos con carteles con códigos QR y números puestos en veredas donde hay árboles, postes de luz o jirafas de iluminación. Es imposible montar un gazebo ahí.»
Según el referente, más de 500 familias viven de la venta en ferias en distintos puntos de la ciudad, y este cambio representa una amenaza directa para su sustento:»Solo en Plaza España trabajamos 120; en el Parque de la Democracia, más de 150; y en el Domo del Centenario, más de 100. Es nuestro trabajo, nuestro sustento diario.»
Rodríguez también criticó la falta de respuestas por parte de las autoridades: El señor Emilio Barisco no nos atiende. Nos comunicamos por WhatsApp con su secretaria, Adriana Len, pero hacen caso omiso a los pedidos de reunión.

Nunca tuvimos
estos problemas
Lorena Escobar, referente de la agrupación Feria de Artesanías Urbanas, con 25 años de trayectoria como artesana, fue aún más tajante:»Nunca tuve los inconvenientes que tengo con este gobierno. Trabajamos siempre con algunas asperezas, pero con diálogo. Hoy ni siquiera eso tenemos.»
Escobar destacó que su agrupación fue la primera en instalarse en Plaza España en 2020 y que siempre mantuvo una relación de cooperación con anteriores gestiones municipales.
Yo misma me reuní con Emilio Barisco y le presenté herramientas para organizar los espacios en conjunto. Pero ahora no hay ningún tipo de comunicación,» señaló.
La dirigente también cuestionó la lógica del sistema de numeración: «Te ponen el número 57 donde hay un poste de luz. ¿Cómo podés poner un gazebo ahí? Lo mismo pasa con muchos otros puestos. Queremos saber cuál es el criterio de distribución, porque no lo conocemos.»
Además, reveló que el grupo presentó una nota formal solicitando una audiencia urgente y que, hasta el momento, no obtuvieron respuesta:»»Nos enteramos por los medios que iban a anunciar esto. A nosotros nadie nos informó nada.»

El eje del conflicto
El nuevo sistema propuesto por el municipio ha generado una fuerte grieta entre la visión institucional de la gestión Nikisch y las experiencias concretas de quienes habitan a diario las ferias.
Para el Ejecutivo, la inscripción individual y la rotación ordenada permitirán mayor equidad. Para los feriantes organizados, el sistema invisibiliza el trabajo colectivo y la historia de construcción comunitaria en los espacios públicos.
«Dicen que es para transparentar, pero en la práctica lo que vemos es que nos están corriendo,» denunció Rodríguez.
Ambos referentes coinciden en que el problema no es el registro en sí, sino la forma en que se implementó: «No estamos en contra del orden ni de que haya control. Estamos en contra de que se nos imponga algo sin preguntarnos, sin escucharnos,» resumió Escobar.
Las agrupaciones reclaman que se revise el sistema con participación de todas las partes, que se ajusten los criterios técnicos de los planos, y que se respete la continuidad laboral de quienes llevan años trabajando de forma estable.
«No se puede borrar de un plumazo todo lo construido. Si hay algo que mejorar, lo hacemos juntos, pero no de esta manera,» advirtió Escobar.

Un conflicto
en desarrollo
A medida que se acerca la fecha límite de inscripción —el lunes 30 de junio—, el malestar de los emprendedores crece. Las agrupaciones anticiparon que continuarán manifestándose públicamente hasta que el municipio las convoque formalmente a una mesa de diálogo.
Por ahora, la administración municipal no dio señales de modificar su postura ni de suspender la implementación del nuevo sistema, que comenzará a regir el primer fin de semana de julio.
Mientras tanto, decenas de familias deben tomar una decisión difícil: inscribirse en un sistema que consideran injusto o arriesgarse a perder su único ingreso. La tensión persiste, y el espacio público de Resistencia se ha convertido en el escenario de una disputa que pone en juego no solo la organización de las ferias, sino también el derecho al trabajo y la construcción colectiva del espacio común.

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