Martina de Gran Hermano reveló qué fue lo peor que le pasó en la casa

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A un mes de haber quedado fuera de Gran Hermano, Martina Pereyra rompió el silencio y habló por primera vez del calvario que vivió dentro del reality. Y no se trata de peleas, estrategias o votaciones: lo que realmente la marcó fue algo mucho más íntimo y doloroso. Al igual que le pasó a Silvina Luna en su paso por el programa años atrás, la joven sufrió una transformación física durante el encierro que la dejó completamente golpeada.

Contadora y modelo, Martina ingresó a la casa con una imagen firme de sí misma. Pero con el correr de las semanas, los cambios en su cuerpo comenzaron a afectarla de forma progresiva. “Aumenté mucho de peso. Allá adentro comías todo el día: de aburrimiento, por ansiedad. Algunos canalizaban fumando; yo no fumo».

«Y llegó un momento en el que directamente no me entraba la ropa. Tenía que usar la de las chicas. Igual, todas estábamos en la misma”, relató en una entrevista en el programa de streaming No lo piensen tanto.

Pero el quiebre llegó cuando escuchó un comentario devastador, del que prefirió no dar detalles. Lo cierto es que esas palabras le hicieron un daño profundo que, según ella misma admitió, le costó mucho revertir.

“ME VI EN EL ESPEJO Y ME VINE ABAJO”

Fue como un disparo. Yo ya me veía, porque estás rodeada de espejos, te das cuenta. Pero cuando lo escuché, morí. Se me vino todo abajo”, reveló, notablemente afectada. A partir de ese momento, nada fue igual: “Comía y sentía que alguien me estaba mirando. Era horrible. Hablé con el psicólogo, las chicas me apoyaron un montón, pero fue muy duro”.

Martina explicó que lo más difícil no fue la mirada del afuera, sino su propio juicio interno. “Yo no pensaba tanto en lo que decía la gente afuera, sino en cómo me veía yo. Sabía que había subido de peso, pero seguía adelante… hasta que escuché ese comentario. Ahí cambió todo”, expresó.

En medio del mal momento, encontró apoyo inesperado en uno de sus compañeros: Brian. “Era febrero, hacía calor, y él me preguntaba por qué no me metía en la pileta. Yo le decía que no sabía. Un día me encerró en el cuarto y me preguntó directamente qué me pasaba. Fue la única persona que se dio cuenta de verdad, valoré muchísimo esa charla”, reconoció.

Gracias a ese gesto y a la contención psicológica del programa, Martina empezó a reponerse. “Volví a meterme en la pileta, a hablar con las chicas, a prestarnos ropa. Siempre fui bastante insegura con mi cuerpo, pero nunca lo había dicho en voz alta”, dijo. Para cerrar, dejó una frase que refleja el peso emocional que atravesó: “Tenés que ser muy fuerte mentalmente, porque si no, no te levantás más”.

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