Mateo Alemán, secretario general del Consejo Económico y Social del Chaco (CONES) y referente del Centro de Empresas Constructoras (CEC), trazó un crudo panorama sobre la situación del sector de la construcción, el presente de la obra pública y el impacto devastador en el empleo, la inversión y la estructura productiva provincial.
“Estamos mal. Se han perdido más de 150.000 puestos en el país y en Chaco somos el 10%. Perdimos 15.000 laburantes y detrás de cada uno hay tres o cuatro personas más”, precisó el referente en diálogo con Radio Natagalá .
«Ni siquiera quedó la administración en muchas empresas. Cerraron, entraron en hibernación o directamente desaparecieron”, añadió.
“Somos vanguardia en quebranto. Somos los primeros que nos fundimos”.
Alemán señaló que la paralización de la obra pública dejó a empresas sin contratos y a miles de obreros sin empleo, muchos de los cuales no pudieron reconvertirse. “No hay reconversión posible. El obrero de la construcción aprende el oficio en la obra, viene de generaciones. No le podés pedir que se haga cervecero artesanal”, graficó.“Hoy estamos entre el desempleo estructural y la marginalidad. La Changa no alcanza. Y cuando se termina la Changa, algunos caen en la delincuencia”.
radiografía
del sector
El referente del CEC advirtió que algunas empresas logran resistir realizando obras privadas menores, pero el grueso del sector no tiene demanda.
Alemán reconoció que algunos empresarios intentan resistir vendiendo maquinaria o ofreciendo servicios parciales a cooperativas, intendencias o privados. “Otros ya tiraron la toalla. No dan más. No hay capital que aguante este contexto de inactividad total”.
A contramano del discurso oficial que impulsa la inversión privada como motor sustituto, Alemán asegura que la construcción privada no reemplaza la función del Estado:“Eso de que si no hay obra pública, florece la privada, es una falacia. No pasa. Lo privado no tracciona. El cliente real es el Estado”, sostuvo. “El privado invierte cuando hay condiciones. Hoy no las hay. El costo del metro cuadrado duplicó su valor en menos de un año: “De 900 dólares pasamos a 1.700 y el acceso al crédito es nulo. ¿Quién puede construir en estas condiciones?”, preguntó retóricamente.
En este sentido explicó que actualmente, la inversión privada está restringida a sectores medios-altos con capacidad de ahorro. “La mayoría no tiene ni un canuto de 50.000 dólares para levantar un edificio. Esto no es CABA. Acá el ahorro es un lujo, y la demanda es mínima”. “El acceso a la vivienda es elitista. Hay que buscar al cliente con lupa”.
En cuanto al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) aprobado a nivel nacional y adherido por la provincia, Alemán fue escéptico: “Es un discurso de fe, no hay indicadores reales. No hay una sola empresa que haya confirmado una inversión concreta en Chaco”.
“Esperamos milagros del RIGI, pero la realidad es que no estamos ni en el radar de las grandes inversiones. Seguimos dependiendo de las decisiones nacionales y de un Estado ausente”, remarcó.
Por esto cuestionó el posicionamiento del Gobierno Nacional frente a la obra pública: “Tenemos un presidente que dijo ‘obra pública nunca más’. Así que sí, tenemos el certificado de defunción a la firma”.
Si bien reconoció que algunos empresarios lograron resistir gracias a su capital propio o maquinaria, aclaró que “esto no alcanza para salvar al sector. Lo que se perdió en estos meses es muy difícil de recuperar sin una política activa”.
Alemán vinculó la crisis del sector con una deslegitimación generalizada del rol del Estado: “Hoy hablar de obra pública da miedo, da cosita, porque te meten en la corrupción. Han ganado una batalla cultural”.
Y remarcó: “Toda ciudad, todo desarrollo urbano en la historia de la humanidad se hizo con obra pública. No podemos abandonarla como idea solo porque hubo corrupción en algunos casos. El problema es no discutirla más”.
Multiplicador apagado
Alemán explicó que la construcción es un sector con alto efecto multiplicador: moviliza la industria del cemento, ladrillo, hierro, madera, transporte, logística, diseño, y sobre todo, el empleo informal. Su contracción impacta más allá del obrador.
“Cada puesto de trabajo en la obra genera tres o cuatro más en servicios complementarios o comercio, que también están desapareciendo”, advirtió. Y enumeró: «proveedores de insumos, corralones, transportistas, ferreterías, albañiles independientes y cooperativas. Un obrero sin obra no compra nada. No compra una bolsa de cemento, no compra clavos. Y el que vende, no vende. Todo se detiene”, resumió Alemán.
“Hay casos de corralones que cerraron tras décadas de actividad en localidades pequeñas. Transportistas que reconvirtieron camiones en fletes. Ferreterías que ahora solo venden artículos menores. “El efecto dominó está completo. Se cayó el centro y también los bordes”, afirmó. “Hoy no hay circulante, no hay inversión, y la expectativa de que el mercado se active con capital privado es una fantasía”.
Un organismo clave,
paralizado por desinterés
El Consejo Económico y Social (CONES), creado por la reforma constitucional chaqueña de 1994 como órgano multisectorial de consulta, diagnóstico y propuesta de políticas públicas, está hoy “desmantelado”, según denunció Alemán.
“El CONES dejó de funcionar. No hubo reuniones, no hay conducción, no se renovaron autoridades. Está acéfalo”, explicó. “Pedimos reuniones con el Ejecutivo, con el ingeniero Basterra que hoy figura como autoridad transitoria, y no obtuvimos respuestas”.
Alemán cuestionó el vaciamiento institucional: “El CONES no es una multigremial. Es un tanque de pensamiento, un ámbito para pensar la provincia a largo plazo. Hoy no hay voluntad política de sostenerlo”.
También planteó la necesidad de actualizar la representación sectorial: “Algunas entidades ya no existen o perdieron peso. Otras, con más representatividad actual, no están dentro. Hay que reformarlo, pero antes hay que hacerlo funcionar”.
En ese marco, el cierre del CONES representa más que una crisis institucional. Es el colapso del único espacio creado para pensar la provincia con una mirada multisectorial y estratégica.“El CONES tiene que ser una mirada estratégica, no un apéndice del poder ejecutivo”.